El otro día paseando por la zona observé la entrada que tiene las instalaciones de esta edificación. En un principio me quedé perpleja y estuve buscando por todo el perímetro, por si hubiera algún otro acceso, pero no.
El problema es el siguiente: tenemos una entrada para las personas y otra para vehículos, hasta ahí todo normal. Si nos fijamos bien, la puerta pequeña es la correspondiente a laspersonas, pero tiene dos escalones, por lo que no es adecuada para aquellos individuos con problemas de movilidad reducida ni discapacitados con sillas de rueda, con lo cual supone una barrera arquitectónica insuperable.
La única posibilidad para estas personas es el acceso por la otra puerta existente, es decir, por el vado de entrada y salida de vehículos, observándose claramente en el pavimento de color rojo que esa es la intención del promotor. Esto supone, sin embargo, una clara discriminación para este colectivo de individuos, ya que a ellos les obligarían a tener que acceder por el mismo sitio que los automóviles. Pero además, esto supone un mayor riesgo de accidente o de atropello, ya que,la anchura de esta segunda puerta es la justa para un coche, pero es insuficiente para el caso de que coincida un vehículo y una persona con movilidad reducida. Por lo tanto, no sólo supone una discriminación de las personas discapacitadas o con movilidad reducida, sino que además supondrá un severo riesgo de accidente.
No es razonable que se intenten eliminar barreras arquitectónicas mediante la discriminación de este colectivo y que además se haga poniendo en riesgo la integridad física de estas personas.
Esperemos que se tenga en cuenta para que no se permita que estas instalaciones de uso público no sólo no contemple la especial protección de este colectivo, sino que además presente deficiencias en cuanto a la accesibilidad de personas con movilidad reducida. Ahora que aún no se ha inaugurado este local será más fácil realizar las obras necesarias para ello, evitando así cualquier perjuicio posterior.